El complejo partició de las ediciones 2022 y 2023 del torneo NBA Jr. con equipos masculinos y femeninos. En la edición 2023 uno de los equipos llegó a disputar la semifinal, que se jugó en el Antel Arena. Compartimos en este artículo parte de las vivencias del proceso relatadas por uno de los profesores que acompañaron los equipos.
Terminando el año 2022 comenzó a divisarse en el horizonte una nueva edición del torneo NBA Jr.
En el torneo NBA Jr. 2022 se presentó desde el SACUDE un equipo masculino, los Philadelphia 76, que tuvieron una gran performance, jugando con grandes equipos y pasando la fase de grupos y llegando a octavos de final del torneo.
Para este torneo NBA Jr. 2023, reforzamos la participación desde SACUDE, presentando dos equipos masculinos y uno femenino.
Con distintos objetivos, con distintas expectativas según las características de cada equipo; se participó dejando bien en alto al Complejo Municipal SACUDE.
Nuestro plantel femenino completado con doce jugadoras se llamó Indianas Pacers. La gran mayoría de ellas principiantes que se encuentran conociendo el deporte. Orgullo de SACUDE presentar ese plantel, y aún más, observar los distintos procesos de crecimiento y compromiso de las chiquilinas. Se jugó, se divirtieron y se aceptó el resultado, que fue desfavorable en números, pero ampliamente positivo en actitud y alegría. Nos queda mucho por jugar y seguir aprendiendo con ellas.
Nuestro equipo de Chicago Bulls, fue otra grata sorpresa. Clasificaron primero en la fase de grupos, ganando partidos a modo de finales luego de arrancar perdiendo los primeros dos encuentros. Se completó el plantel con doce jugadores, con mezcla de experiencia y chicos que se encontraban recién comenzando a practicar básquetbol. Quedaron eliminados en octavos de final, dejando todo y representando de manera brillante al SACUDE.
Luego nuestro equipo de los New York Knicks, equipo con el cual se logró pasar la fase de grupos, y, por si fuera poco, ganar los dos partidos eliminatorios que les permitieron sacar el boleto para jugar las semifinales en el Antel Arena. Increíble actuación de este equipo con esa experiencia de élite inolvidable.
LA JORNADA PARA EL RECUERDO, UNA VISIÓN A NIVEL DE CANCHA
Diez treinta la hora de encuentro pactada en el Antel Arena para ir viviendo la fiesta final. Nuestras jugadoras y jugadores acompañados de sus familiares fueron arribando, poniéndose sus respectivas indumentarias y preparándose para los partidos y desfiles finales.
Sobre las once de la mañana caminamos con los New York Knicks al rayo del sol, con un calor insoportable en búsqueda de nuestra entrada VIP a la zona de vestuarios para jugadores.
Zona de acceso 1, abriendo la puerta, el aire acondicionado y las cintas identificatorias para la muñeca te invitaban a un lugar especial, reservado para aquellos que habían logrado ese pasaje a los encuentros decisivos.
Conocimos la zona donde podríamos entrar en calor, y enseguida, al vestuario 4.
Entrando al vestuario se aprecia todo inmaculado, el color blanco que resalta y el lujo que se expresa mediante un jacuzzi. Duchas, baños, una especie de cocina, camilla para masajes, fruta para los jugadores... Espectacular entrar ahí, un lugar por donde desfilan grandes deportistas y ese día...nos tocaba a nosotros.
Preparándonos para el partido de semi final, nos cuentan que si pasábamos a la final nos correspondería el almuerzo. Se convirtió a modo de broma, una motivación más para intentar ganar. "Por el almuerzo", se repitió convencidamente.
Mirábamos el vestuario con cariño y nos gustaba la idea de adueñarnos y acampar ahí por el resto de la tarde.
Llegó el momento de la semifinal. Nos tocó jugar justamente con el equipo llamado Philadelphia 76, equipo que varios de nuestros jugadores habían defendido el torneo pasado.
Espectacular la sensación de entrar a la cancha, de estar ahí abajo, de ser protagonista. Nosotros viviéndolo desde afuera de la cancha, no nos imaginamos lo que sintieron muchos de nuestros chiquilines. Ante la grandeza del evento, se perdían en el aire los consejos del cuerpo técnico que destacaban la necesidad de manejar los nervios, soltarse y disfrutar.
Presentación olímpica (de las cosas que más disfrute en todo el torneo), gradas llenas de familiares y amigos alentando, pantallas gigantes que registraban al detalle todo lo ocurrido...fiesta por donde se le mire.
Comienza el partido y estábamos a un partido de la final. Partido parejo, muy emocionante.
Punto a punto, estando arriba y abajo, nos tocó llegar a los últimos segundos con cuatro puntos arriba. Esperamos el momento preciso, y solamente cuando vimos que no podíamos perder, nos levantamos a felicitar al banco de suplentes, diciéndoles que estábamos en la final y luego de ellos a saludar a la tribuna lleno de familiares y amigos felices por el logro conseguido.
Festejo descontrolado y boleto a la final, quien lo diría, el vestuario 4 sería nuestro por el resto de la tarde.
Pasaron las horas, pasó el merecido almuerzo, se fueron desarrollando distintos momentos dentro del programa de las finales de la NBA Jr., y se acercaba el momento decisivo.
Algunas referencias que nos llegaban de nuestros propios jugadores sobre el equipo rival, “son enormes, tienen la base del Club Olimpia”. Panorama complejo en la previa, pero la verdad, no había nada que perder, todo ya era ganancia.
Entrábamos y salíamos del vestuario a cada rato, sí que lo aprovechamos y le dimos buen uso, realizamos entrevistas para la TV y para la organización de la NBA Jr., los chiquilines medios tímidos y con vergüenza no se animaban a hablar, pero después de un tiempo algunos se animaron. Una experiencia más dentro de todo lo lindo que nos tocó disfrutar.
Pasó el tiempo y ya estábamos próximos al partido final.
Charla en el vestuario y agradecimiento enorme a estos chicos por traernos hasta ahí, estar en ese vestuario previo a la final era una experiencia increíble, imagino lo que significa estar ahí con tres décadas menos, siendo los verdaderos protagonistas, con todas las expectativas y con mucho terreno por jugar...
Tocó la presentación olímpica y espectacular saber que todo se estaba trasmitiendo en vivo por la TV, con una cobertura de primera.
Por si fuera poco, las dos estrellas invitadas de la NBA ocuparon un banco cada uno, y al lado nuestro, se sentó el gran Carl Herrera, unos de los primeros latinoamericanos en jugar en la NBA. El mismo que un rato antes la gente hacía cola para sacarse fotos y firmar autógrafos, ahora pegado a nosotros hablándonos de tu a tu sobre básquet.
Comenzó el partido y las cosas se estaban dando según lo esperado. Partido con dominio rival, quien parecía que cómodamente se llevaría el triunfo.
Llegamos a estar unos quince puntos abajo, con un cuarto por jugar, difícil remontar algo así.
Parecía que se nos iba el partido, pero apareció un triple, y otro más... Y algún otro...
Les veníamos comentando a nuestros jugadores que, "el básquetbol es un juego de emociones", y así fue. Nos fuimos agrandando, se empezó a escuchar la tribuna, y jugadores nuestros que estaban tapando con sus remeras sus rostros decepcionados comenzaron a ver que no todo estaba perdido...
De repente estalló la tribuna, e increíblemente con menos de un minuto por jugar estábamos iguales. Tuvimos una última chance donde con el gran Nicolás Méndez casi nos poníamos arriba, por poco, y en la vuelta se nos pusieron arriba ellos, cosas del básquetbol.
Se fueron los segundos, y terminó la final, fuimos a felicitar a nuestros chicos. Ánimo bien arriba, motivo de estar orgullosos de nuestra actuación. Increíble, una final épica que sólo le faltó la frutilla de la torta; que era el campeonato. Las personas felicitaban a nuestros chicos por regalarnos menudo partido, e incluso nosotros, de rebote recibimos felicitaciones por lo logrado.
Alegría enorme, y la verdad, perder así es una victoria.
Volvimos al vestuario, visualizamos luego otra final de infarto, la femenina; y ya estábamos próximos al cierre con la premiación.
Tocó entrar a la cancha nuevamente, recibir las medallas y el trofeo del segundo puesto, además tuvimos el reconocimiento especial para el mejor jugador del torneo el gran Nicolás González “jugador MVP – mejor jugador del torneo y más valioso”, restó saludar y agradecer a la tribuna, y sacar muchas, muchas fotos.
Jornada larga cumplida, torneo cumplido. Nos detuvimos un instante y realizamos una mirada final a nuestro vestuario 4, con mucho cariño tocó abandonarlo finalmente, felices por todo lo vivido.
Quedamos orgullosos de nuestras y nuestros jugadores. El deporte despierta emociones, y en este caso, fueron muchas que me pusieron la piel de gallina y el corazón a mil.
Felicitaciones a la Intendencia de Montevideo, a la organización, a los jugadores y jugadoras, a las familias, a las personas que estuvieron acompañando, alentando, ayudando para que todo salga bien, al SACUDE por siempre estar al firme con su gente, a Fernanda Panizza (nuestra joven asistente técnica).
A seguir corriendo detrás de la pelota y seguir apostando a estas emociones, a transitar el camino del deporte, invitar e inculcar a nuestros chicos y chicas para que vivan estás experiencias, a seguir trabajando en ello. A seguir adelante…, lo mejor está por venir…
Escrito por Ernesto Mendez